La salida de la ludopatía sin terapias psicológicas
- M. Vizcaíno y J. Navarro
- 8 may 2019
- 8 Min. de lectura
Actualizado: 13 may 2019
"Pensaba que no eran gente con estudios, pobrecitos, creía que eran como los de alcohólicos anónimos. Decía que eran de baja estopa, tenía un estereotipo impresionante."

“Me convertí en un mentiroso compulsivo, para que no se supiera lo que estaba sucediendo. He llegado a robar, a falsificar. No dormía, todo era una bola. Llegó un momento en que la cosa se descubrió y, entonces, me empezaron a controlarme a mí y a mi dinero. Los valores que en mi familia me enseñaron los perdí, quién me iba a decir que yo iba a robar. Después cuesta mucho ganar la confianza de amigos y familiares, aunque a mí eso no me importa, yo estoy tranquilo conmigo mismo.”
Esta es una pequeña descripción de un ludópata. Así nos cuenta cómo vivía durante sus peores años José López . La ludopatía está catalogada por la Organización Mundial de la Salud (ONU) como una enfermedad. Uno de sus principales problemas surge del estigma que sufren las personas afectadas, pues lejos de ser tratados como enfermos a los que se debe cuidar, se les rechazada alegando a su propia responsabilidad individual.
A pesar de que la organización se llama Jugadores Anónimos, su portavoz, José López , ha accedido a hablar con nosotros públicamente. José López, lleva en la asociación 20 años, es un jugador compulsivo diagnosticado y actualmente lleva 15 años sin jugar. Durante toda la entrevista, nos habla en calidad de portavoz, pero en ningún caso como líder, porque como él mismo justifica “es todo horizontal. Hay un representante del grupo que entre todos se escoge, y lleva las propuestas a los demás representantes de los demás grupos del área de Barcelona, que se reúnen una vez al mes. También hay una asamblea una vez cada medio año de todos los grupos de España, que se celebra en distintos sitios. Hay propuestas personales solo a nivel de grupo, y esas se llevan a las reuniones con los demás grupos. No existe mi propuesta, si no la propuesta del grupo.”
Pregunta: Cuéntanos sobre tu historia
Respuesta: La verdad es que no sé porqué empecé a jugar. Como gran jugador que era quería que me tocara la lotería para regalar cosas a la família, cambiarme el coche, hacer un gran viaje… Todo esto acaba siendo mentira. Mientras jugaba solo recibía deudas, era un malvivir, soñaba con ello. Al dejar de jugar, todos esos sueños los he cumplido. Tenemos una hija que vive en África, y la visitamos unas 3 o 4 veces al año, nos hemos cambiado de coche, viajamos por Europa, tenemos ahorros… Yo lo que quiero es que esta asociación siga viviendo, y que cuando yo no esté, esta asociación continúe ayudando a otras personas. Aun así, yo lo hago por mi, si dejara de venir, volvería a caer en el juego.
P: Cuéntanos un poco sobre la asociación Jugadores Anónimos
R: Pensaba que era una asociación como cualquier otra, para sacar dinero. Pensaba que “no son gente con estudios, pobrecitos, son como los de alcohólicos anónimos”, yo decía que eran de baja estopa, tenía un estereotipo impresionante. De todo lo que pensaba no había nada. Lo importante es la persona, no el modus vivendi, ya tenemos suficiente con todo lo que hacemos en nuestro día a día. Lo importante es la persona, que sufre una de las enfermedades más insidiosas que existen. Nosotros decimos y creemos que un alcohólico se nota por sus efectos físicos y a un drogadicto por lo mismo. Puedes pasar por al lado de un jugador anónimo y no sabes si tiene un problema, ya que no se nota, no hay efectos físicos inmediatos, aunque con el tiempo sí existen. A través del hígado y de la piel, por ejemplo. Hablo de estos dos porque yo soy un caso de esto, estuve un año entero ingresado en el ‘Clínic’. Supe que era por esto (el juego) pero no lo quería reconocer.

Cartel publicitario de Jugadores Anónimos situado en
la Basílica de la Concepción. Foto: Marc Vizcaíno.
P: ¿En qué momento te diste cuenta de que todo debía cambiar?
R: Cuando yo mismo reconocí que era un jugador compulsivo, que no podía dominar mi vida, que mi vida se iba a la mierda. Llegando a este punto, pensé qué quería, ¿vivir tranquilo y feliz, o al menos tranquilo, o irme a la mierda, al suicidio?
P: Siguiendo con la ‘cara B’ del juego, ¿cuáles son las peores consecuencias que acarrea el juego?
R: El juego te lleva a la locura, a la cárcel o a la muerte, el infierno. Yo casi he estado en las 3 situaciones, aún así la locura se tiene, aunque no estés en un psiquiátrico. Si no te lo tomas en serio, acabarás mal, en una de estas tres situaciones. Aquí hemos tenido situaciones de muerte, amigos de la asociación, que si un día ibas a su casa, otro conocías a sus hijos… pues un día no aguantó más y se colgó. Este no es un sitio cualquiera, no es para venir y decir “vengo aquí tres meses, luego dejo de venir porque ya lo controlo, sé qué hacer, estoy curado”. Cuando escucho las palabras “yo ya sé”, mal. Ni yo, que llevo aquí 20 años, comprendo esto. Sí llego a entender ciertas cosas, pero sinceramente funciona porque me lo creo. Cuando llega alguien nuevo, le digo “la diferencia entre tu y yo, es meter una moneda”. A pesar de que llevo muchos años sin jugar, ¿a mi quién me dice que no me puede dar un venazo, por lo que sea, porque excusas tenemos de sobras, y pueda meterle a una máquina, un bingo, por Internet o lo que sea?
P: Llega alguien nuevo y cómo le ayudáis
R: Tenemos un librito, al que llamamos combo, donde estan las 20 preguntas esenciales sobre el programa y luego tenemos el programa concreto a seguir de Jugadores Anónimos, son 12 pasos.
"La clave está en seguir el programa en tu día a día"
P: ¿En qué se basa este programa?
R: La gran hazaña, el gran qué, es que creemos en un programa basado en el día a día, el hoy por hoy. Esta es la frase que ha ayudado a tantos y tantos jugadores. Para mí lo más importante es el día de hoy, mañana no sé si viviré o no viviré, nadie puede asegurarlo, espero que sí y por muchos años. Pero lo importante es el ahora, y hoy me he levantado diciendo, no jugaré, y no voy a jugar. Esto lo aplicaba a todos los ámbitos de mi vida. Antes fumaba 3 paquetes de tabaco negro al día, pero dije, hoy no voy a fumar, a ver qué pasa. Recuerdo que la gente decía que volvería a fumar. Yo siempre decía: “mañana quizás me encontréis fumando, pero hoy ya veréis que no”. Y así, desde 2002 hasta 2019, aplicando esta fórmula. El gran éxito está en este solo por hoy. En vivir el presente.
P: ¿En qué consisten exactamente vuestras terapias o reuniones?
R: Nosotros nos basamos en el programa que tenemos, en los 12 pasos, y en que cada uno de nosotros explica sus experiencias. No nos contestamos entre nosotros, y nos basamos en las experiencias de cada uno. Es un programa de cambio, para recuperar toda esa serie de valores que hemos perdido: generosidad, honestidad… Toda la parte emocional y espiritual también has de recuperarla. Si tu no cambias, es muy difícil. Yo sigo viniendo a las reuniones al igual que me tomo la pastilla de la tensión. El problema es que si no te tomas esta medicina es muy fácil recaer. La gente recae, y eso es una realidad. Si no haces cambio y no actúas, lo más probable es que recaigas.
P: En ese mismo programa habláis de fe
R: Mi fe es creerme que este programa me puede dar una libertad, una mejor vida, siempre que yo vaya a él, ya que el programa no hará nada por ti si tu no pones de tu parte. También tengo fe en mí mismo. No solo de fe vive el hombre, has de poner de tu parte, abrazar el programa y aplicarlo. Trabajalo.
P: También habláis de un Poder Superior
R: El Poder superior es muy importante. Siempre se ha de tener. Nosotros nos encontramos situados en una iglesia solamente porque el local es barato. Aquí lo más importante son las personas, no las personas. Aquí hay gente que cree en Dios y otra gente que no. El Poder superior puede ser cualquier cosa, desde una reunión, una luz, unos compañeros… Es ese algo que te libera.
P: Vuestro programa dice se basa fundamentalmente en principios espirituales antiguos
R: Son principios de toda la vida. No les diría antiguos. Honestidad, amabilidad y generosidad son para toda la vida. Son antiguos, claro, pero también presentes.
P: En ningún momento habláis de tratamiento psicológico o de la necesidad de complementar este tipo de prácticas con ayuda profesional
R: A nivel de psicólogos, durante un tiempo haces tratamientos y terapias, pero llega un momento que te dicen que ya estás curado. Nosotros tenemos muy claro que somos jugadores compulsivos y que esto no se cura. Tu puedes llegar a pararlo o detenerlo, pero necesitas tomar tu medicación, porque puede volver en cualquier momento. El tema de los psicólogos llega a un punto en que se para, pero realmente no, porque entonces es cuando llegan las recaídas. Cuando dices “voy a jugar una moneda que ya controlo”, estás jodido.
"Sabemos que esta enfermedad jamás se nos va a curar, pero trabajamos para que nos afecte lo mínimo posible"
P: Haciendo referencia a eso que comentabas antes sobre vuestra no relación con la Iglesia, os gusta decir que no estáis ligados a ninguna religión, partido político ni institución. ¿Nunca os lo habéis planteado?
R: No, ya que si te subvencionan pierdes libertad y acabas estando ligado a una institución, y dependes de hacer aquello que te dicen.
P: También os vanagloriáis de no emitir opinión sobre ningún tema, no tenéis ningún posicionamiento político ni siquiera con aquellas cosas que más afectan a la ludopatía, por ejemplo la publicidad.
R: No nos posicionamos políticamente, no nos publicitamos, no recibimos ayuda de nadie, somos totalmente autónomos. Voluntariamente, a la media parte, aportamos lo que podamos a la asociación con nuestras propias contribuciones y con ello nos mantenemos, pagando la sala y demás.
P: Pero ni siquiera contra aquello contra lo que lucháis, el juego
R: Nosotros no luchamos contra el juego. Nuestra lucha contra el juego la hemos perdido. Según escuche el otro día, TV3 ha decidido no hacer publicidad a juegos y a casas de apuestas. Me parece perfecto, pero nosotros no iremos a decirle a TV3 que tiene que hacer ni a luchar por ello. Aun así, no considero que sea un problema muy grave. Yo era jugador de máquinas, pero aquí cada día llegan más jugadores del juego online. Nosotros, de alguna manera, ya lo decimos en nuestra definición “somos impotentes ante el juego”. En el momento en que me considero impotente ante el juego, me debo apartar. Si hay gente que se puede controlar, que haga lo que quiera. Yo soy consciente de que las autoridades deberían hacer algo para ir parándolo un poco, pero no es nuestro deber, ya tenemos suficiente faena en parar lo nuestro.
P: ¿Os han llegado jóvenes a la asociación?
R: Aquí viene mucha gente joven enganchada al juego online. Les explicamos el programa que tenemos. Los ves y te da mucha cosa, porque ves que no se quedan, y quién sabe si siguen con el problema. Aquí están abiertas las puertas para todo el mundo.

Basílica de la Concepción, uno de los lugares en los que se llevan
a cabo las reuniones de Jugadores Anónimos. Foto: Marc Vizcaíno.
Las apuestas, tanto deportivas como las ordinarias que se nos presentan desde toda la vida, son nocivas para nuestra sociedad. Hemos visto en José López un gran testigo sobre cómo las personas debemos ayudarnos unas a otras con tal de salir de las adversidades. La terapia en grupo es un bien necesario para este tipo de enfermedades, el apoyo social es clave para poder salir de lugares como el infierno, la cárcel o la locura.
Autores: Joan Navarro y Marc Vizcaino
Fotografía: Joan Navarro y Marc Vizcaino
Revisión: Guillem Vives
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